Las quemas agrícolas son una práctica que está prohibida en los países del primer mundo debido a los problemas que traen, especialmente la contaminación ambiental y la degradación del suelo por pérdida de materia vegetal. Estudios en la Región de O’Higgins han demostrado que las quemas agrícolas aportan el 29% del total del material particulado 10 (MP10) y el 46,5% del MP2,5 presentes en el aire.
Las quemas forestales cada vez son menos utilizadas por los daños ambientales que causan. Pero aún no se elimina ni prohibe por completo esa practica dañina para el planeta.
“El uso del fuego en la agricultura es una práctica ancestral y en Chile está muy arraigada de norte a sur.
“una alternativa al fuego es provocar una rápida degradación de este material de modo de dejarlo en condiciones de ser incorporado al suelo”.
Es común que terminada la época de cosecha, los campos de cultivo sean quemados para así eliminar los desechos orgánicos que queden o como medida de control de maleza.
En algunas ocasiones es utilizado como medida de preparación para la siembra de otros cultivos.
Se utiliza principalmente porque es una manera rápida y económica de eliminar el rastrojo. Además de que no requiere esfuerzo físico por parte de los campesinos, solo deben cuidar y controlar el fuego.
Sin embargo, esta práctica tiene muchas desventajas que no solo afectan al medio ambiente, también a la salud de las y los productores agrícolas.
La quema agrícola propicia la erosión del suelo
Al eliminar por completo la vegetación del suelo, este queda totalmente desprotegido, dejándolo expuesto a las condiciones climáticas como: (En verano) los rayos solares, en (otoño e invierno) lluvia, granizo y, heladas.
Si después de la quema ocurre una tormenta, la ceniza y todos los minerales de la tierra se perderán.
Elimina las bacterias e insectos benéficos
La quema mata a todas las bacterias benéficas que nutren la tierra y proveen nutrientes a los cultivos. Así como a todas las lombrices que evitan la compactación del suelo.
En algunas ocasiones, hasta pueden alejar a los insectos nativos quienes buscarán refugio del fuego en zonas aledañas.
Esto presupone un problema, ya que estos nuevos animales no pertenecen a la zona y los convierte en un peligro para el ecosistema.
Es un contaminante del aire
Al quemar los materiales orgánicos secos se liberan contaminantes conocidos como el carbón negro. Es ese aire color negro que se rodea las llamas y poco a poco se eleva al cielo.
Este carbón modifica la calidad del aire, contaminando las nubes, el agua ambiental y la capa de ozono del planeta. Aunque solo permanece en el aire de dos a tres días contamina cinco veces más que el dióxido de carbono.
Este carbón es sumamente tóxico si se inhala por especies animales o por los humanos, dañando gravemente los pulmones e incrementando la posibilidad de tener enfermedades pulmonares.
Incrementa la acidez del suelo
Las quemas propician la pérdida de minerales del suelo, quienes tienen un papel fundamental en el suelo. Permiten el balance de la estructura y mantienen un Ph neutro.
Al eliminar estos minerales, el pH se descontrola y se vuelve más ácido. Esta acidez puede provocar que las semillas no germinen o que las raíces de las plántulas se pudran.
Propician incendios más graves
Si el fuego no está bien controlado es muy probable que se extienda y tenga consecuencias graves que pueden dañar a otras zonas, personas o animales.
Las quemas agrícolas son una de las principales razones por las cuales se crean incendios forestales, que acaban con ecosistemas completos.
NO MAS QUEMAS
Las quemas agrícolas son una práctica que está prohibida en los países del primer mundo debido a los problemas que traen, especialmente la contaminación ambiental y la degradación del suelo por pérdida de materia vegetal. Estudios en la Región de O’Higgins han demostrado que las quemas agrícolas aportan el 29% del total del material particulado 10 (MP10) y el 46,5% del MP2,5 presentes en el aire.
Artículo original de: Cultiva Futuro 29/07/2021, con comentarios agregados de Román Alemán González (Apicultor).




